web

web

UNA VERGUENZA LAS SANCIONES DE LA FIA.

Un día negro para los verdaderos amantes de la Fórmula 1 fue el que se vivió en el Gran Premio de Europa, que se disputó en el circuito callejero de Valencia, en España. No por el ganador, un alemán Sebastian Vettel que lo hizo todo bien partiendo desde la ‘pole’, aguantando al inglés Lewis Hamilton en la primera curva y quedándose con la victoria sin pasar zozobras y volviendo a meterse en la lucha por el título de pilotos.

La actuación de los comisarios, sin embargo, acabó de golpe con el espectáculo y nos dio nuevos argumentos a quienes creemos que existe un trato especial hacia el piloto de McLaren, quien este año no sólo ha jugado al filo del reglamento, sino que ha cometido más de una acción irregular. Y no sólo ha librado de sanciones, pese a los reclamos más que justificados de sus rivales, sino que está como puntero .
Esta vez, la maniobra ilegal llegó tras un espectacular accidente del australiano Mark Webber, quien se llevó por delante al finlandés Heikki Kovalainen y de milagro salvó ileso tras volar por los aires. Los organizadores sacaron al coche de seguridad con tardanza, lo que terminó perjudicando a los pilotos de punta, con la excepción de Vettel y de un Hamilton que se saltó una vez más el reglamento.
Y es que el inglés pasó al coche de seguridad, mientras el español Fernando Alonso y el brasileño Felipe Massa, en Ferrari, cumplían las normas. Así, perjudicados por el nuevo reglamento, que a diferencia del año anterior no cierra la calle de boxes mientras el ‘safety car’ no ordene la parrilla, los coches de la escudería italiana cayeron varios lugares en la grilla. Hamilton, en cambio, mantuvo el segundo lugar con su maniobra.
No sería todo. Los comisarios tardaron muchas vueltas en darle a Hamilton un suave castigo: una pasada por la calle de boxes. Algo que, en Valencia, no tardaba más de 15 segundos. Y el inglés, ayudado por el japonés Kamui Kobayashi de Sauber -que quedó tercero en la relargada y retrasó a todo el pelotón- apuró el paso en las vueltas siguientes y cumplió el “castigo” saliendo indemne: se mantuvo segundo y terminaría en ese lugar.
La cámara oficial mostrando los rostros de los comisarios tras la maniobra no dejaba dudas: el repudio era total hacia la ridícula sanción. Tanto que, para esconder un poco su falta de tino, recién tras la carrera decidieron investigar a nueve coches por exceder el límite de velocidad cuando salió el coche de seguridad, siendo penalizados con apenas 5 segundos de castigo. Otra sanción que sella el vergonzoso accionar de los comisarios.
Más aún si se piensa que hace sólo unas semanas, en Mónaco, el alemán Michael Schumacher recibió una sanción mucho mayor por adelantarse al ‘safety car’ cuando éste iba saliendo de la pista. Y el propio germano ahora fue perjudicado con una nueva ridiculez de los comisarios, que le impidieron salir de los boxes mientras pasaba el pelotón tras el coche de seguridad, lo que le significó caer hasta la 19ª posición.
Fue, al cabo, un Gran Premio gris por la actuación de los comisarios y, además, por tener que volver a digerir una carrera en un circuito callejero, donde el espectáculo está reservado más a los imponderables que a los pilotos, que no tienen espacios para poder adelantar. Mientras la Fórmula 1 no entienda que la gente quiere otra cosa, van a seguir cayendo los índices de audiencia en todo el mundo como viene ocurriendo hace años